domingo, 8 de enero de 2012

Entre cuatro paredes...

Ella, entre cuatro paredes, encerrada en su mundo, un mundo en el que no entra nadie más, el lugar donde los sueños todavía pueden hacerse realidad. Desde que recibió su carta no había vuelto a tener noticias suyas, no había vuelto a saber nada de ese que ocupa sus pensamientos. Tampoco ella había intentado decirle nada, no se atrevía, se le hacía un nudo en el estómago cada vez que pensaba en la posibilidad de cruzar dos palabras con él.

Cada nuevo día era un tortura, era irremediable no verse. Los dos se limitaban a agachar la cabeza cuando sus cuerpos temblorosos se cruzaban. No entendía nada, como dos personas que habían pasado horas hablando y riendo, ahora agachaban la cabeza al verse. Dolor que ella fingía como una triste sonrisa.

Una tarde más, sola entre cuatro paredes le daba vueltas de nuevo a todo, él, ella, la situación a la que habían llegado, la templanza de Adrián ¿como podía estar ten tranquilo? (al menos aparentemente), su cabeza no encontraba la solución, otra tarde más de invierno en la que ella se ausentaba de aquí y estaba en su mundo, donde no entraba nadie más porque el había decidido pararse en esa estación y ahora era ella sola la que estaba entre esas cuatro paredes.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Todo era cuestión de tiempo ¿o no?

Era cuestión de tiempo de que los dos se acabaran volviendo locos, era cuestión de tiempo que el secreto a voces ya no fuera un secreto, sino una historia que iría corriendo de boca en boca, una historia que la gente contaría a su manera sin pensar en las personas implicadas y en el daño que podían hacer.

Ella miraba a su alrededor, estaba rodeada de gente si, pero se sentía sola. Él era lo primero en lo que pensaba cuando se levantaba por la mañana y se dormía pensando en su mirada, en como la miraba. Las noches eran interminables, ella estaba inquieta, sudorosa, se despertaba una y otra vez entre sollozos, incluso tenía pesadillas, pero ¿pesadillas de que...? no tenía sentido tener pesadillas sobre algo que se había ido construyendo a escondidas y en su imaginación, ni siquiera ellos dos eran nada, eran simples almas pérdidas en un mundo que les absorbia, un mundo en el que tenían que ocupar un lugar que les estaba ahogando lentamente. Ella sentía una soga a su cuello que poco a poco iva apretándola cada vez más y que seguiría apretándola durante mucho tiempo, más del que ella nunca hubiera imaginado.

Pedía ayuda a gritos, pero nadie la escuchaba, pedía ayuda con sus ojos, pero nadie la miraba, pedía ayuda con sus gestos, su actitud, pero nadie se daba cuenta.
Los días no eran días, las noches no eran noches si él no estaba, se estaba consumiendo poco a poco...su mirada risueña se había convertido en una mirada triste, pérdida, nada tenía sentido para ella sin él, él era la razón de su existir, él era la savia que la daba vida, era el único agua que la saciaba, era duro pero era así, la vida les había unido, por alguna extraña razón el uno había aparecido en la vida del otro.

¿Y él?, ¿Qué pasaba con él?, ¿Qué sentía él?, ¿Que era lo que le rondaba por la cabeza?, ¿También él pasaba las noches en vela?, ¿También era ella su primer y último pensamiento?, o simplemente era ella la única que estaba sufriendo esa temible enfermedad para la que no existe cura, esa enfermedad con nombres y apellidos que se llama AMOR PROHIBIDO.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Juego peligroso

Después del cumpleaños, Lucía y Camino no hacían más que hablar de ese día, de lo bien que se lo habían pasado y de lo agusto que estuvieron, y es que a Lucía le había llamado la atención Hugo, se sentía atraída por él y claro Camino y Adrián eran los intermediarios de esta situación, un juego que cada vez iba siendo más peligroso para ellos, aunque eso si ante los demás era la excusa perfecta, aunque Iván cada vez estaba más enfadado, pero siempre la acababa perdonando.

Camino estaba en una situación comprometida ya que a su amiga Elena también le gustaba Hugo y era la que en un principio iba a ir al cumpleaños, pero ultimamente no había muy buena relación entre ellas y Lucía era su amiga de la infancia, su amiga de toda la vida, y como dice el dicho en el amor y en la guerra todo vale.

Las siguientes semanas entre ellos fueron de lo más intensas hasta que un día en uno de esos cambios de clase en los que saltaban chispas entre ellos, ya que era el momento en el que se intercambiaban las notas que se habían escrito, ya era todo un ritual entre ellos, Camino recibió una carta, las lágrimas empezaron a recorrer sus mejillas nada más empezar a leerla...
" Es mejor que sólo seamos amigos Camino, que dejemos de estar así...me gustas mucho pero Iván es mi amigo no se merece esto...lleváis ya 2 años juntos y la gente está muy contenta con vosotros....es mejor que yo desaparezca de tu vida...." no pudo seguir leyendo por ningún motivo se hubiera esperado esto, la siguiente hora la recordaría el resto de su vida, los tres tenían que estar en las misma clase.

Su contestación fue la siguiente, "¿por qué?, no entiendo nada...". Sus amargas lágrimas estaban siendo consoladas por Iván, quien no entendia muy bien que estaba pasando pero se podía imaginar por donde iban los tiros, la clase era un ir y venir de notas entre los dos, Iván impasible sabía que no podía hacer nada...

Ella lo único que quería era que la clase terminara, irse a su casa, meterse en la cama y despertar al día siguiente como si todo hubiera sido un sueño...


viernes, 16 de diciembre de 2011

Feliz cumpleaños

Las semanas iban pasando, Camino iba estando cada vez más confundida, más que nunca estaba encerrada en su mundo interior, intentando buscar un por que de todo lo que estaba pasando. Lo tenía claro, quería a Iván, por supuesto que le quería pero, ¿qué pasaba con Adrián?, ¿que era lo que realmente la turbaba por dentro?, ¿era él en si mismo?, ¿eran esos pensamientos que no la dejaban concentrarse en nada?, ¿eran esos sentimientos prohibidos hacia él, lo que la quitaba el sueño?

Llegó su cumpleaños, y como era de esperar Adrián la invitó, por aquellos entonces Hugo y Elena una de sus amigas estaban tonteando, serían los celestinos perfectos para ellos dos, aunque todo el mundo pensara que era al revés. Todo estaba preparado la hora, el lugar...pero el día antes Camino recibió una llamada:

-Hola Camino, soy Elena
-Dime ¿qué quieres?
-Tengo una mala noticia, no voy a poder ir al cumpleaños, mi padre me ha castigado.
-Jobar Elena pues yo sola no voy a ir al cumpleaños
-Diseló a Lucía, seguro que ella quiere acompañarte
-No sé, si ni siquiera conoce a Adrián y a Hugo, alomejor a ellos no les hace gracia que vaya
-Camino sabes que no te van a poner ninguna pega.

Efectivamente no hubo ninguna problema y Camino estaba encantada ya tenía compañía para ir al cumpleaños, aunque evidentemente quedaba la otra parte intentar que Iván no se enfadara mucho, que ya empezaba a sospechar sobre la relación entre ellos dos.
Camino le prometió que no estarían mucho tiempo, que quedaría con él más tarde y se irían juntos a casa, da igual lo que los dos dijeran ella iba a ir al cumpleaños y él se iba a enfadar todo era puro teatro para ambos tener la conciencia más tranquila.

Ya era viernes, era por la tarde y Camino y Lucía se estaban preparando para ir al cumpleaños, en media hora tenían que ir al lugar donde habían quedado, ellos pasarían a recogerlas en moto.
Nada más verse el tuvo el primer detalle, estaban en pleno invierno e ir en moto empeoraba aún más las cosas.
-Toma póntela, te vas a quedar helada sino.
-Gracias.
Era una sudadera suya y esque esa noche estuvo llena de detalles, insignificantes quizás para los demás pero ellos los llevarían para siempre en su memoria. Al bajarse de la moto él la regaló un peluche, fue una tontería pero Camino no necesitaba nada más

Llegaron al bar y la noche fue perfecta, además entre Lucía y Hugo hubo muy buena conexión desde el principio, no sabían tampoco esa noche lo que el destino les tenía deparados a ellos, cosa que ayudó a que los dos estuvieran centrados simplemente el uno en el otro, no podían dejar de mirarse.

Lucía y Camino fueron al baño y la afirmación no tardó en llegar, porque si era un afirmación, era un secreto a voces.
-Camino estás enamorada de Adrián.
-Ella asintió con la cabeza

Pronto empezó a sonar el teléfono, era Iván, las estaba esperando para acompañarlas a casa, la noche había pasado volando.

Cuando salieron estaba nevando, demasiado bonito para ser todo cierto.







viernes, 9 de diciembre de 2011

¿Normalidad?

Después de aquel momento las cosas se habían calmado un poco entre ellos, la normalidad aparentemente había vuelto a sus vidas, pero no podían engañarse, todo había despertado y ahora simplemente estaba dormido, los dos andaban sonámbulos dando vandazos, pero era cuestión de tiempo que volvieran a encontrarse.

Los mensajes, las notas, las miradas entre ellos volvían a estar de nuevo cargadas de esa inyección de adrenalina que inundaba su cuerpo.  Camino no quería que todo eso volviera a pasar pero era inevitable, no podía fingir más, y aunque cada día intentaba borrarlo de su mente ,la idea se perpetuaba en su cabeza y una tarde de navidad cuando estaba con su amiga Lucía confesó su pecado.
-Lucía estoy enamorada
-Ya lo sé, hacéis muy buena pareja Iván y tú
-No Lucía, no es Iván...
-Camino m estás asustando ¿Quién es?
-Es Adrián, te prometo que he intentado evitarlo pero no he podido, no entiendo como pero sí estoy enamorada de él.
-¿Que vas a hacer?
-No sé...

Ese no sé sonó tan profundo que Lucía no fue capaz de decir nada, simplemente abrazarla, Camino se sentía aliviada, por lo menos alguien más era complice del amor prohibido...

domingo, 27 de noviembre de 2011

Miradas que lo dicen todo...

Todo volvía a surgir no habían sido suficientes dos meses para que como Camino pensaba esos sentimientos se enfriaran y pudieran tener entre ellos una amistad normal.

La atracción entre ellos cada vez iba siendo mayor, era una fuerza que no podían parar, un remolino que les absorbía, tarde o temprano todo saldría a la luz, todos se enterarían de lo que estaba pasando entre los dos.
Cada día de clase que pasaba les unía más y más, poco a poco se iban enamorando, a los dos les encantaba pasar tiempo juntos.

Pronto llegaría la primera muestra de el sentimiento oculto que existía entre ellos. El 7 de octubre Iván y Camino celebrarían su segundo aniversario y sus amigos les harían una fiesta sorpresa y por supuesto Adrián iría.
Todo estaba preparado para el gran día, una semana de preparativos a espaldas de los dos, la fiesta sería en la playa y llevarían a Camino y a Iván engañados.

Era viernes por la tarde todo el mundo había desaparecido de el colegio, solo estaban Iván, Camino y dos amigos suyos Carlos y Lucía quienes les taparon los ojos y les llevaron a la playa, allí estaban todos esperando escondidos para darles una sorpresa, todo era perfecto, una fiesta, ellos dos, sus amigos y Adrián que para ella era muy especial que él estuviera allí y se alegró mucho al verle.

La noche transcurría entre risas, juegos, alcohol, el ambiente estaba distendido y como no el momento entre ellos llegó. Se quedaron solos hablando y Camino se lanzó, se abrazó a él, evidentemente el lugar no era el más apropiado ni la situación tampoco pero contra el amor no se puede luchar y por primera vez le dijo que le quería, era la primera vez que esas palabras salían de su boca, Iván la apartó no podía permitir aquella situación allí delante de todo el mundo y en aquel momento.

A partir de entonces el juego habría comenzado y la situación se les iría del alcance de sus manos.






sábado, 26 de noviembre de 2011

Quizás algo más...

Un nuevo curso comenzaba y quizás algo más también comenzaba, un amor que les perseguiría y les atormentaría durante mucho tiempo.

Subieron a clase este año no habría sorpresas como el pasado, este año sucedería todo lo contrario, no se mirarían como dos desconocidos sino que estarían deseando verse y contarse su verano.

Sería un año inolvidable, un año que los dos recordarían el resto de su vida, un año que marcaría el destino de ambos, y es que dicen que de los quince a los dieciocho años es una etapa inolvidable cosa que ellos dos entendían muy bien.
Doce meses que estarían cargados de discusiones, conversaciones apasionadas, enfados, alegrías, amor, mal entendidos,  un cóctel de sentimientos que a nadie dejaría indiferente.

Todo estaba preparado para el nuevo curso, los pupitres, pizarras, las clases, todos llegaban con ánimos renovados del verano y ellos dos también llegaban con el corazón preparado a prueba de bombas porque no sabían todo lo que tendrían que soportar a partir de ahora, se produjo el reencuentro:
-Hola Camino ¿Qué tal?
-Hola Adrián, ,muy bien y ¿tú?

Con aquellas palabras echaba a andar la montaña rusa de sus vidas, sin tener opción a retroceder, sin tener opción  a volver atrás y cambiarlo todo.