lunes, 26 de diciembre de 2011

Todo era cuestión de tiempo ¿o no?

Era cuestión de tiempo de que los dos se acabaran volviendo locos, era cuestión de tiempo que el secreto a voces ya no fuera un secreto, sino una historia que iría corriendo de boca en boca, una historia que la gente contaría a su manera sin pensar en las personas implicadas y en el daño que podían hacer.

Ella miraba a su alrededor, estaba rodeada de gente si, pero se sentía sola. Él era lo primero en lo que pensaba cuando se levantaba por la mañana y se dormía pensando en su mirada, en como la miraba. Las noches eran interminables, ella estaba inquieta, sudorosa, se despertaba una y otra vez entre sollozos, incluso tenía pesadillas, pero ¿pesadillas de que...? no tenía sentido tener pesadillas sobre algo que se había ido construyendo a escondidas y en su imaginación, ni siquiera ellos dos eran nada, eran simples almas pérdidas en un mundo que les absorbia, un mundo en el que tenían que ocupar un lugar que les estaba ahogando lentamente. Ella sentía una soga a su cuello que poco a poco iva apretándola cada vez más y que seguiría apretándola durante mucho tiempo, más del que ella nunca hubiera imaginado.

Pedía ayuda a gritos, pero nadie la escuchaba, pedía ayuda con sus ojos, pero nadie la miraba, pedía ayuda con sus gestos, su actitud, pero nadie se daba cuenta.
Los días no eran días, las noches no eran noches si él no estaba, se estaba consumiendo poco a poco...su mirada risueña se había convertido en una mirada triste, pérdida, nada tenía sentido para ella sin él, él era la razón de su existir, él era la savia que la daba vida, era el único agua que la saciaba, era duro pero era así, la vida les había unido, por alguna extraña razón el uno había aparecido en la vida del otro.

¿Y él?, ¿Qué pasaba con él?, ¿Qué sentía él?, ¿Que era lo que le rondaba por la cabeza?, ¿También él pasaba las noches en vela?, ¿También era ella su primer y último pensamiento?, o simplemente era ella la única que estaba sufriendo esa temible enfermedad para la que no existe cura, esa enfermedad con nombres y apellidos que se llama AMOR PROHIBIDO.

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